ADIOS...CAÑETE

Este año en mi vida ha sido el “año de los cambios”, meditando en como he tenido que ir adaptándome, tomaba conciencia que todos estos cambios pudieran parecer muy estresante, no ha sido mi caso, sin darme cuenta permanentemente era algo que hacía en mi vida: me cambiaba de casa, cambiaba los muebles de lugar, en fin…Creo que mayoritariamente las personas se rehúsan al cambio porque implica volver a empezar, muchas veces significa hacer cosas nuevas, desconocidas, cuesta salir de nuestra zona de confort, nos acostumbramos, nos mecanizamos en lo que hacemos. Creo que una vez decididos a cambiar los cambios se vienen y creo que una de las cosas que más nos cuesta es desligarnos de las personas, las emociones sin duda juegan papel importante a la hora del cambio…apego. Pero cuando has llegado al reino, las emociones deben ser sujetas al Santo Espíritu para purificar las intensiones de nuestro corazón y no equivocar en las importantes decisiones que hay puestas delante de nuestros ojos.

Recuerdo que en marzo, al llegar a Coronel, mis emociones estaban tan inestables, que me tomó un tiempo dejar de pensar en las personas que había conocido en Cañete: mis usuarias, mis compañeros de trabajo, los lugares donde compraba y las personas a las que frecuentaba, a ratos pensaba hasta en volver, habían sueños, llamados, etc, sentía que la tierra me llamaba, ocho años de estar en un lugar no dejan de ser.
Y cuando ya estaba comenzando a aterrizar y a establecerme en Coronel, se vienen nuevamente los cambios y hoy estoy en Santiago. Tal ves si el cambio hubiese sido desde Cañete directo a Santiago, hubiese sido más estresante, pero hoy le encuentro el real sentido a mi paso por Coronel.
Aún así nunca me despedí de Cañete, es más, seguí escribiendo desde Cañete, aún estando en Coronel.

Hoy ha llegado el tiempo de partir, hoy ha llegado el tiempo de alinearse: en cuerpo, alma y espíritu en el lugar donde me toca cumplir mi destino profético, poner todas las fuerzas en el hoy y desde el hoy proyectarme hacia lo que viene.

Amada Ciudad de Cañete…mientras estuve en ti, puse todas mis fuerzas para que recibieras tu destino profético, desaté amor fluyendo conforme a la dirección del Señor y creo que hoy hay muy buenos frutos para gloria del Rey de reyes, se que el Santo Espíritu de Dios dará el crecimiento a cada una de las semillas sembradas. Te bendigo y declaro que eres una ciudad próspera de parte del reino de la Luz. Hoy te digo Adiós.
Hay un principio de reino que consiste en arrancar lo plantado, pero Dios me planta en un nuevo lugar para llevar mucho fruto. Cuando uno primeramente se despoja de algo, luego el Señor llena el vacío y ciertamente lo que llena es mayor, ensancha el sitio de tu tienda, es plenitud. Y plenitud es estar repleto, rebosando, hay abundancia para compartir…La Nación espera la manifestación de los hijos de Dios.

Eclesiastés 3:1-7. Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.

PD: Y ya no escribiré desde aquí, ahora comienza un TIEMPO NUEVO
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