Quiero contarles como surge este nuevo desafío de abordar la sexualidad desde el punto de vista de quien nos dio la maravillosa oportunidad de ser partes del “milagro de la vida” , Dios nuestro Padre y creador.
Todo comenzó cuando llegó a mis manos esta postal, donde, como ustedes observan, aparecen muchos niños en maseteros, lo cual me hizo reflexionar en que realmente, así es la vida del ser humano… surge de dos semillas que se unen y dan inicio al crecimiento de una planta que, dependiendo del medio, sus cuidados y amenazas, comienza a crecer. Necesitará luz, agua, abono, amor, compañía, habrá días en que estará más turgente y otros más lánguida, pero nace, crece, se desarrolla y muere. Los niños son un regalo de Dios, y aunque a veces llegan sin que los deseen, necesitan de cuidados y oportunidades para que se desarrollen y esto depende en gran parte de lo que nosotros, como adultos, aportemos y apoyemos para que este propósito se cumpla. Mientras este pequeñito está en el vientre materno, me asombro al pensar que aún cuando su madre aporta todo, a través de la placenta, él está muy cómodamente, sin mucho frío ni mucho calor, en un espacio limitado a su bolsa amniótica, igual se desarrolla durante 9 meses y nace para iniciar un nuevo desafío en el mundo natural.
Por otra parte hablar de sexualidad, siempre ha sido complicado, no porque se sepa poco del tema, sino porque son muy finas las fibras que se tocan y porque es una experiencia muy importante para el ser humano. Más todavía cuando como profesionales se nos da la oportunidad de impartir estos conocimientos a niños que no son nuestros hijos, es una tremenda responsabilidad y quisiera fuera lo más genuino y saludablemente posible, como si fuera a mis hijos.
Aún cuando la sexualidad tiene muchos enfoques, la tendencia es a complicarnos cuando se trata de hablar de las “relaciones sexuales”, sobre todo cuando estas traen importantes consecuencias como lo es tener un hijo, más aún cuando esto pudiera ocurrir antes del tiempo o con el sujeto equivocado, como suele suceder con el embarazo adolescente.
Las consecuencias son desastrosas, este es un grave problema de Salud Pública. Y es que no tan sólo en este acto está involucrado nuestro cuerpo, sino también nuestra alma y nuestro espíritu, y frente a esto no estamos solos, hay otros involucrados, estamos insertos y relacionados con una familia, en el colegio, en la Iglesia, con los amigos, etc, quienes también salen, de alguna u otra forma, perjudicados cuando uno de ellos es tocado por este problemita. Para que hablar de lo que sucede cuando viene otra consecuencia de una relación sexual sin responsabilidad, las Enfermedades de Transmisión sexual, los daños son terribles.
Es importante el tema y hay que tocarlo ¿cierto?. Fue cuando nace la idea de buscar una estrategia que permita cambiar el enfoque de la sexualidad en nuestra comunidad, dejarlo de ver con “morbo”, desordenado y vacío, y hacer chiste de algo tan importante, necesitamos rescatar lo valioso que es desarrollarnos en una sociedad sana y saludable, donde nos relacionemos sin hacernos daño. Necesitamos buscar el propósito de la unión de pareja, si queremos construir una sociedad más saludable, entonces tenemos que partir por hacernos responsables de esta construcción, ya es el tiempo de que “nuestras conciencias sean removidas”, sin valores nada puede ser construido, saquemos la basura y dejemos que brille lo que está limpio y sano.Primeramente doy gracias a nuestro Padre Celestial por el sacrificio de Jesucristo en la cruz del calvario, pues si no fuera por este incomparable sacrificio, mi más grande amigo, el Espíritu Santo no habría venido a nosotros para ayudarnos en lo que pidamos. También doy gracias a su Iglesia en todo el mundo quien con sus oraciones ayudan a que los cambios puedan suceder. Esto es el Principio, ¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti!