El deseo de Dios para con nuestras vidas es ser prosperados en todas las cosas…es el anhelo de Dios esta prosperidad y salud…que dan como fruto paz… Fuimos creados para contener la presencia de Dios en nuestras vidas, en nuestros corazones, fuimos llamados para desatar el potencial de Dios en nuestras vidas y a nuestro alrededor.
Esa prosperidad está íntimamente ligada a nuestra unión a Jesucristo, él sabe como llevar mucho fruto, él es el árbol de la Vida…el que produce la sanidad a las naciones. Juan 15:5 y 7 declara…Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer. (7) Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
Y él me dijo… “mucho fruto y…pídeme lo que quieras”, es una tremenda promesa pero… ¿qué es lo que quiero?
Hay que saber qué pedir…es un saber revelado, no es cualquier saber, no es un saber del alma, ni del cuerpo, es un saber del Espíritu, a eso se refiere la permanencia en él…permanecer en su Palabra, la Palabra del Amado, la Palabra del Deseado de todas las naciones, sólo cuando le amas de verdad, cuando le adoras, conoces su voz y sabes cual es su Palabra fiel y verdadera… Y ya no habrá dudas…no titubearás…cuando hay intimidad sabes qué pedir porque hay comunión perfecta…y ni siquiera abrirás tu boca para pedir… fluirá espontáneamente aquello que necesitas porque él te conoce más que nadie en este mundo, ya no habrá secretos, todo queda expuesto…cara a cara, sin velos, a rostro descubierto para contemplar la gloria de Dios. Aleluya.
El verdadero amor es un amor revelado, de la esencia misma…Jesucristo es su nombre, Él es la Verdad, Él es Plenitud, cuando te has acercado a Él con corazón sincero…ya estás completo.
Hoy declaro que ya no hay más imágenes ficticias, ya no más velos, ya no más maquinaciones enredadas, poco claras que no dejan ver la transparencia de tu mirar…hoy se descorre el velo, hoy contemplo tu rostro, hoy contemplo tu hermosura, hoy se que eres Verdad y todo aquello que ha impedido o ha copiado tu real identidad es eliminado, desaparece en el nombre de Jesús…Despiértate…tú que duermes y descubre que el sueño no es sueño sino realidad.
Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Salmos 37:4
3 comentarios:
Un saludo del abuelito de Heidi
jajajaja Don Francis, siempre con gozo, eso es virtud de Dios, bienvenido.
Que bendición cuando estás navegando y de repente te encuentras con blogs como este. Desde Panamá, saludos. Gracia y paz de nuestro Salvador Jesucristo.
Jorge Herrera
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