EL OJO DE DIOS...

Esta constelación se llama el Ojo de Dios y tiene en el centro la estrella más brillante del universo, esta constelación se deja ver sólo cada 3000 mil años. Curioso dato, el Señor me sorprende con su creación, tuve que esperar 3 mil años para que Felipe me la regalara hace unos días atrás, lo cierto es que es un regalo sorprendente...nunca nadie lo hizo y creo que nunca a otra persona se le hubiese ocurrido hacerme este regalo, es más creo fielmente, como a veces... entre risas...le digo, que él tiene un pituto o influencias importantes para enamorarme...

Cuando vi esta constelación, verdaderamente vi la mirada de Dios...hay una Palabra de Dios que dice que Él nos llama "la niña de sus ojos", esas palabras me hacen sentir y creer que cada segundo de nuestras vidas no pasan desapercibidas para el Señor y que cada situación estaba ahí... esperando ser manifestada, sabemos que nada es casualidad y que no es cualquier suerte la que está actuando...la que estamos viviendo...sabemos que es la mano de Dios moviendo todas las cosas a nuestro favor...es su Favor...hemos visto su gracia en acción...

No hay casualidades...hay propósitos y sueños esperando cumplir los anhelos del corazón del Padre, nosotros... solo dispuestos a cumplirlos...ahí vamos...sabiendo que Dios nos respalda...sabemos que deleitamos su corazón, que hay gozo en su corazón... cuando tomamos por fe lo que nos pertenece por decreto celestial firmado con la sangre de su Hijo Amado Jesucristo, cuando dejamos que él actúe para que la gloria se la lleve Él y darle el lugar que le corresponde...el primero...que él pase primero, porque él ya lo hizo...consumado es...Sabemos que la fe mueve la mano de Dios y que sus Palabras son fieles y verdaderas y estas tienen un poder creativo en favor nuestro, conocemos que Dios ha anunciado, decretado y establecido el "ahora" en nuestras vidas y en nuestras benditas generaciones.
Hemos vivido tiempos de un gozo inefable...sabemos que es algo que traspasa el simple buen ánimo, es su gozo en nosotros y es un gozo que está siendo impartido a quienes logran deleitarse con lo que Dios está haciendo a través de nuestras vidas, hemos visto casi palpablemente como él imparte fe a nuestro alrededor, está restaurando corazones y sanando a las futuras generaciones, está liberando, está cumpliendo su ministerio...eso nos da mucha paz..."Él es el Principe de Paz".

Hoy el Señor nos regaló nuestra casa...nada era casualidad, estaba allí...esperándonos, sin duda un hermoso lugar, yo le había pedido una casa con un tercer piso...un lugar donde adorar al Señor...y ahí estaba...justa con un desván en el tercer piso...linda casa, pero lo más importante es que es la casa del Señor, es una casa que está sellada por la presencia del Santo Espíritu de Dios, sabemos que ahí se vivirán momentos gloriosos en su presencia, desde el amanecer hasta el anochecer, que cada persona que entre a esa casa... no saldrá igual, que en ese lugar ocurrirán cosas que impactarán a las naciones, tan simplemente porque el transformador de las naciones ya habita...en el ahora...ahí.

Damos gracias a Dios por los momentos en familia que vivimos este fin de semana, por el culto de Adoración en el Ministerio Tierra Deseada, por la grande y abundante bendición que Dios soltó ahí, a través de nuestro Padre espiritual...Apóstol Eduardo...lo que hace estar alineados... especialmente doy gracias a Dios por ???...llegó en el momento justo, a la hora exacta (bueno...algunos minutos más tarde que cambiaron el curso de la historia jajaja... tú me entiendes), gracias porque sola no podía entrar en este precioso sueño que Dios nos está permitiendo vivir...pudiera parecer una locura pero es...existe y es verdad...es su verdad...y cuando Dios establece una verdad...aunque se levante el infierno mismo...nada puede impedir que se cumpla su palabra y nosotros hemos decidido ser facilitadores del cumplimiento de la Palabra de Dios.

Su Santo Espíritu me dijo...una noche de adoración para el Rey de reyes hace que lo imposible sea posible...bendiciones abundantes en el ahora del Señor.