domingo, febrero 11, 2007

EL SELLO DE DIOS...

Mi sobrino Mauro Felipe Jeremías
Ana, fue una mujer de esas mujeres que perseveró hasta el fin para conseguir que Dios le diera la bendición...ella quería tener un hijo...su adoración a Dios en el Templo traspasaba los límites de la tradición y aún cuando todos ya se habían ido, ella adoraba y adoraba a toda hora y hasta el sacerdote pensó que estaba borracha, pero ella sabía quién podía hacer el milagro.
Hasta que Dios contestó...me imagino lo que sintió en ese momento cuando supo que estaba embarazada...qué emoción!!!... ella supo siempre que ese hijo no era de ella...lo dedicó al Señor, sería un niño que serviría a Dios...lo mejor para el Señor, lo primero para el Señor. Samuel el profeta... Samuel fue el último juez de Israel, y el primer sacerdote y profeta que sirvió durante la época de un rey. Fue el mejor ejemplo de lo que debe ser un buen juez, al gobernar al pueblo por medio de la Palabra de Dios y no por sus propios impulsos. Samuel fue el hombre que ungió a Saúl como primer rey de Israel, pero también fue enviado a ungir al Rey David...
Esta historia se parece mucho a lo que vivió mi cuñada Priscilla para llegar a ver a Maurito...
Él es un niño muy especial, no porque sea mi sobrino jajaja...ya estaba sintiendo ganas de verlo. El 4 de febrero cumplió 4 meses y Priscilla me contaba de su desarrollo, canta en las micros... jajaja, y no para recibir plata sino que él es un adorador, entonces se está cumpliendo lo que el Señor dijo que sería, lo que más me asombró fue que un día me habló por teléfono, en su lenguaje...por supuesto, pero me habló...mi corazón casi explotó...niño de reino...gloria a Dios.
Sabía que tenía que hacer algo con él, ayer me fui decidida a verlo, Dios guiaría el proceso...y ahí estaba, con algunas molestias, su mamá un poco preocupada...le dije, Dios quiere hacer algo...
Finalmente me hizo ungirlo con aceite, algo grande viene y era necesario sellar los propósitos de Dios en este bebé con un acto profético...sólo la fe mueve la mano de Dios.
Así se hacía en el antiguo testamento, los pastores frotaban a sus ovejas con aceite para que ningún mosquito se les acercara e hiciera daño...Así Dios lo hace con sus ungidos, los que están bajo la Unción del Santo de Israel, los que llevan la unción fresca del Santo Espíritu de Dios y hay una palabra para ellos...
Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.
Isaías 54:17
Gracias Señor por la Vida de Maurito...te amamos...

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